Emociones

Nelson Arturo, el productor artístico de la escuela se me acercó esta tarde. Entre las muchas cosas que me dijo, de repente me soltó: «Mira, vos que sabes mucho sobre el manejo de emociones…» o_O

Lo dejé terminar, pero me dio tanta risa interna porque esta gente cree (me cree) un ser ecuánime y frío. Seguramente tienen esa «imagen» mía porque así lo he proyectado. Digo, trato de ser ordenada en mis expresiones emocionales, a menos que sienta que algo me desborda, entonces puedo «decir» algo de lo que  me habita. Distinto es acá, en este lugar donde no le hablo en realidad a nadie. Donde todo está expuesto para todos y para nadie.

Las emociones son una cuestión bien rara, difícil de explicar porque si usted, querido lector dice: «me siento ahuevado» por más que los demás sepamos qué significa, no sabemos de la intensidad de su estado. Es como cuando yo digo «me siento triste» o «te extraño» o «me lleva la legión de P…» tampoco el que me escucha o lee puede comprender del todo el ardor dentro de mí que implican estas expresiones y no… no es culpa de los demás, o de una. Es simplemente que las emociones son una cosa rara e incomprensible.

Dichosos los poetas que logran poner con las palabras exactas lo que sienten… y de alguna manera, el resto de mortales nos apegamos a ellos y sentimos alivio al leerlos/escucharlos y con una simple sonrisa decimos «cabalito así me siento»…

Hoy me siento así:

Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.

Unas veces me siento
como un acantalado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.

A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.

Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones,
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiado en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme.
(Mario Benedetti)

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